Como si de un museo al aire libre se tratara, los trampantojos de Moranchel se han hecho populares entre todos los amantes del llamado street art.
Así que si tú eres uno de ellos presta atención porque nos vamos a la provincia de Guadalajara a disfrutar del arte callejero en esencia pura.
Tabla de contenidos
Qué es un trampantojo
Antes de nada hay que ponerse en situación y tener claro a qué nos referimos cuando hablamos de trampantojos.
Los orígenes de esta peculiar técnica pictórica los encontramos en la antigua Grecia. Posteriormente los romanos la desarrollaron ampliamente en ciudades como Pompeya o Roma y mucho más tarde aparece también en la Edad Media.
Sin embargo, no será hasta el Renacimiento y la etapa barroca cuando el uso del trampantojo alcance su máximo esplendor, siendo demandado sobre todo por las clases altas burguesas.
Hoy en día el trampantojo sigue vivo, pudiendo disfrutar de él en lugares tan encantadores como Moranchel.
La palabra trampantojo deriva del término francés trompe l´oeil y significa «engañar al ojo».
Esta técnica pictórica se utiliza sobre todo en fachadas, balcones y ventanas.
Los trampantojos juegan con las luces, las sombras y los colores para dar sensación de realismo al trabajo final.
El uso de trampantojos está destinado a la decoración ornamental, por eso no resulta extraño encontrarlos en edificios antiguos, deteriorados por el paso del tiempo o estructuras que necesitan un lavado de imagen.
Los trampantojos de Moranchel
En el pequeño pueblo de Moranchel vive Asun Vicente Ríos.
Esta profesora de arte estudió Bellas Artes en Cuenca y además es la artífice de los trampantojos de colores de los que te hablamos en este post.
La idea surgió tras un viaje al sur de Francia.
Durante el mismo Asun visitó varias localidades y se dio cuenta que en algunas de ellas los muros y paredes de las casas estaban decorados con trampantojos. Lo que aportaba belleza, color y encanto a los pueblos en cuestión.
Así que de vuelta en casa Asun pensó en hacer lo mismo en Moranchel. Por eso comenzó a pintar fachadas de piedra, paredes y muros y a convertirlos en alegres y bonitos trampantojos.
Para apreciar aún más el trabajo de Asun hay que decir que todos los trampantojos de Moranchel están hechos de modo altruista por la artista.
Es decir, no ha cobrado por ellos. Aunque en los últimos tiempos los dueños de las fachadas se han encargado de subvencionar el coste de los materiales.
Recorrido por los trampantojos
La primera obra de Asun fue la Calle Buscarruido (2006), llamada así por estar situada en la zona más ajetreada de Moranchel.
Este precioso mural es un viaje al pasado, un viaje a los orígenes del pueblo para que los podamos conocer y no olvidemos cómo eran.
Un niño hace pompas de jabón desde una ventana, justo al lado otra niña sostiene un tirachinas en sus manos.
Debajo una puerta de madera nos invita a pasar y junto a ella aparecen, como por arte de magia, los nombres de todos los trampantojos que hay en Moranchel.
A la Calle Buscarruido le siguen La Alacena, La Cueva o Bodega, Ventana con cuerno, Ventana con lilas y La Panadería. Todos ellos fueron pintados por Asun en el año 2012 y representan escenas de la vida cotidiana.
La Alacena está realizada sobre una especie de poste de la luz o contador y está situada al final de una de las calles de Moranchel, en frente de unos campos de cultivo.
En cuanto a La Panadería, resulta ser un espectacular trampantojo repleto de detalles y buen gusto.
Según cuenta su autora, el dueño de la casa donde se encuentra el mural quiso hacer un homenaje a su padre, el último hornero del pueblo. Por eso Asun pintó una panadería.
Y qué decir de ella.
Pues que es el colmo de lo bonito y lo apetecible. Rosquillas, dulces, panes, pasteles y tartas se encargan de decorar las «vitrinas» de esta panadería tan especial.
En la que además hay lugar para recordar a todos aquellos horneros que ha tenido Moranchel a lo largo de su historia.
Dejamos La Panadería y nos dirigimos a La Bodega.
Para llegar a ella quizás tengas que «escalar» un poquito, pero nada complicado. No te preocupes.
En tonos morados y lilas la puerta de la Cueva nos adelanta qué podemos encontrar en su interior. Vasos, botellas y por supuesto, vino.
Y justo al lado de La Bodega está La Fuente de los Deseos, uno de los trampantojos más coloridos de Moranchel.
La obra es de 2016 y se basa en los recuerdos de una fuente que había hace años en el pueblo pero que ya no existe.
Al mismo tiempo el mural trata de evocar algunos de los valores humanos (paz, libertad, justicia…) que parecen haber quedado un poco en el «olvido» en los tiempos que corren.
Después de ver la fuente llega el momento de regresar a la calle principal de Moranchel y visitar La Floristería (2019).
Con La Floristería nos adentramos en la naturaleza y descubrimos un lugar donde no falta nada. Girasoles, lavanda, coronas de flores, lilas y hasta hortalizas.
Un lugar donde el principal protagonista es el color y el uso tan intenso que se hace de él.
Y es que cuando uno se coloca frente a La Floristería de Moranchel no puede evitar caer rendid@ ante tanta belleza.
Pero tenemos que seguir porque aún nos queda por ver un último trampantojo.
Su nombre es El Jardín de los Pájaros, fue pintado por Asun en el año 2019 y en la actualidad forma parte de la fachada de una casa particular.
De esta manera, toda la pared de la mencionada casa está decorada con pájaros, nidos, macetas y plantas que en conjunto crean un efecto visual precioso, la verdad.
Cómo llegar a Moranchel
Desde Madrid resulta muy sencillo llegar a Moranchel.
Para ello basta con tomar la A-2 hasta la salida 101 (Almadrones / Cifuentes). Después hay que seguir por la carretera N-204 durante unos 16 kilómetros.
Completa tu viaje a CUENCA:
Me han gustado mucho las stories! Que curioso ese sitio. Super interesante el post.
Muchas gracias!!! Descubrí este lugar hace tiempo y quería compartirlo por stories 😉 Luego además pensé hacer un post y me gusta como ha quedado!!!
Saludos viajeros!!!
🙂