Al preparar nuestra ruta de 7 días por Croacia tuvimos claro desde el principio que visitaríamos Split. Esta bonita ciudad bañada por el mar es la joya más preciada de la Costa Dálmata.
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Visitando Split
Dijimos adiós a Zadar y pusimos rumbo a Split.
Pero antes hicimos una pequeña parada en Sibenik para visitar la Catedral de Santiago, la Plaza de la República y después perdernos por sus calles.
Tras la breve pero intensa visita a Sibenik nuestro camino continuó y llegamos a Split, la joya de la Costa Dálmata.
El intenso pasado romano de Split, la segunda ciudad más grande de Croacia, nos conquistó al instante.
Su principal atractivo reside en saber combinar a la perfección modernidad y tradición. Una tradición que tiene su mayor exponente en el Palacio de Diocleciano.
Palacio de Diocleciano
Historia del palacio
Split ha pasado a formar parte de la historia gracias al emperador Diocleciano (245-313 d.C).
El que fuera en su momento el gran azote de los cristianos mandó construir un precioso palacio en esta ciudad de la Costa Dálmata para hacerlo su hogar tras retirarse de la vida política y social.
El Palacio fue edificado íntegramente en piedra blanca proveniente de la isla de Brac y tardó en construirse diez años.
El mármol usado se trajo de Italia y Grecia y todas la columnas y esfinges llegaron de Egipto. Diocleciano no escatimó en gastos.
A la muerte del emperador el palacio continuó en manos de Roma.
Posteriormente fue abandonado durante un largo periodo de tiempo hasta que en el siglo VII los habitantes de la ciudad, en un intento de huir de sus invasores, encontraron cobijo tras sus puertas. En ese momento ocuparon el palacio construyendo casas e instalando sus negocios en el interior del edificio.
En la actualidad, el Palacio de Diocleciano es un laberinto de calles, tiendas y restaurantes. Un museo al aire libre en el corazón de Split.
Visita al Palacio de Diocleciano
La visita al Palacio de Diocleciano debería comenzar por la llamada Puerta de Oro (Zlatna Vrata).
Esta puerta era el acceso principal al Palacio y fue el propio Diocleciano quien la cruzó por primera vez el 1 de junio del año 305.
Su forma rectangular y su carácter austero le otorgan un aspecto militar y defensivo.
Y es que a través de ella era posible acceder directamente a Salona, la antigua capital de la provincia romana de Dalmacia donde únicamente el emperador y su familia tenían autorizada la entrada.
Recorrido por el Palacio de Diocleciano
La Puerta de Oro conduce al interior del Palacio de Diocleciano.
Además dicha puerta está comunicada con Dioklecijanova, calle principal y eje norte-sur del palacio. Si avanzas un poco por ella pronto llegarás al bonito Palacio Papalic, hoy en día sede de un museo dedicado a la ciudad de Split.
En él hay una amplia colección de armas antiguas y lápidas, así como varias salas dedicadas a la historia de la ciudad.
Si visitas el museo cuando salgas regresa otra vez a Dioklecijanova. Desde aquí es fácil acceder al espacio conocido con el nombre de peristilo.
Un recinto formado por un típico patio romano rodeado de columnas, situado en lo que se ha dado en llamar las «entrañas» del Palacio de Diocleciano.
A continuación puedes girar a la derecha en la calle Sv Ivana. Al final de la misma se encuentra el Templo de Júpiter.
El edificio fue en origen un templo romano dedicado al dios Júpiter pero tiempo después se transformó en un baptisterio. Frente a la puerta de entrada hay una esfinge de granito negro traída directamente de Egipto por Diocleciano.
Es hora de regresar al peristilo. A mano izquierda del mismo se sitúa la Catedral de San Duje. De acceso gratuito, la catedral de Split tiene forma octogonal y es uno de los edificios mejor conservados del palacio.
En origen se construyó para albergar el mausoleo de Diocleciano, pero posteriormente en el siglo VIII el lugar se convirtió en catedral.
Caprichos de la historia!!
Aposentos de Diocleciano
Volvemos a Dioklecijanova. Hemos llegado al vestíbulo del Palacio de Diocleciano.
Esta gran sala, coronada por una enorme bóveda abierta, era la entrada a los aposentos imperiales en tiempos del emperador. Por eso el espacio está dividido en diferentes estancias, todas ellas usadas por Diocleciano para descansar.
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Curiosidad
Según se cuenta Diocleciano vivía obsesionado con su seguridad. Su mayor temor era ser sorprendido o atacado por la noche mientras dormía.
Por este motivo el vestíbulo se construyó de tal forma que su acústica permitiera al emperador saber si alguien entraba en alguno de sus aposentos.
Nosotros tuvimos la suerte de visitar el vestíbulo del Palacio de Diocleciano mientras actuaba un coro Klapa, una forma de canto a capela típico de Croacia.
Es increíble lo bien que sonaba. Qué acústica, qué voces, qué maravilla!!!
Almacenes
Llegamos al final de nuestro recorrido por el Palacio de Diocleciano.
Debajo del vestíbulo están las llamadas subestructuras del palacio. Antiguamente esta zona estaba destinada al almacenaje de víveres y provisiones pero actualmente la calle principal de estos sótanos está repleta de pequeñas tiendas y puestos de souvenirs y recuerdos.
Además las subestructuras tienen la función de conectar el Palacio de Diocleciano con la Riva (paseo marítimo de Split).
Estatua de Gregorio de Nin
Para terminar nuestro recorrido por Split volvemos a la Puerta de Oro del Palacio de Diocleciano. Junto a ella hay una curiosa estatua que representa al arzobispo croata Gregorio de Nin, gran defensor del uso del croata en la liturgia.
Según las costumbres populares si deseas volver a Split tienes que frotar el pulgar de su pie derecho. Y eso fue lo que hicimos nosotros 🙂
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